
Salimos de aquí a las 10:30 de la mañana, y alrededor de 1h20min después estábamos ahí. Nos bajaron a 2 kilómetros del monte para que camináramos y apreciáramos el bello día. La verdad es que estaba haciendo un friyazo y estaba algo nublado jajaja. Finalmente llegamos y se veía bastante bonito. La verdad, es que tengo que confesar que es un lugar que luce más en las fotografías que cuando realmente estás ahí.

Alrededor del monte, hay un estacionamiento que sólo funciona cuando la marea está baja; por lo que todos los días tienen letreros de hasta qué hora se puede tener el coche en ese estacionamiento a salvo de que se inunde.

Así que, hay veces que el monte es realmente como una isla, y otras veces está pegado a tierra. A mí hoy, me tocó pegado a tierra y ya no pude verlo rodeado del mar.

Entramos y todo el monte es una sola calle... tiene algunos pequeños callejonsitos pero básicamente es una calle principal que le da la vuelta hasta que llegas a la Basílica de St Michel en la cima. Hicimos una buena pierna en la montada.

En el camino.. sólo hay tienditas con souvenirs y unos restaurantes muy pero muy caros, así como puestos de snack.. que tampoco son baratos. Nosotros llevábamos nuestro lunch así que no tuvimos mayor problema.

A las 2 de la tarde quedamos de vernos en la entrada de la basílica con el resto del grupo. La entrada normalmente cuesta, pero la teníamos incluida.

Después de pasar el punto de control, llegamos a una explanada desde donde se ve el mar, y la fachada de la basílica.

La basílica tiene algo de estilo gótico por dentro, pues es todo alargado y los arcos son ojivales, pero, a mi parecer, no tiene muchos detalles.

Los vitrales son completamente simples, vimos algunos que sólo eran de rombos de dos colores sin ninguna gracia realmente. El altar también era muy simple.

Yo esperaba también que hubiera un gran altar a San Miguel pero sólo era una muy pequeñita sección sin nada qué remarcar.

Después de ahí, seguimos hacia la parte del monasterio. Tiene un claustro, que creo que es la parte más bonita pues tiene un jardín verde bastante pintoresco.


A partir de ahí, pasamos unas 4 salas, descendiendo cada que entrábamos en una nueva, donde no había absolutamente nada más que paredes y en las paredes una especie de exposición de cosas de Etiopía e Italia?!?!?!


(¿qué es estooo?!)... al final.. el recorrido cerraba con una tiendita de souvenirs, por supuesto. Saliendo de la tienda de souvenirs había de nuevo un jardín con bancas y barda con vista al mar..

y después de bajar un poco más, llegabas al inicio del tour.

Nos sobraba todavía una hora y media para podernos ir y ya no sabíamos qué más hacer. Aproveché entonces para comprar algunos recuerditos, tenía que aprovechar que ya estaba ahí jaja, y también me compré un helado que creo que fue lo más bueno del día.
Regresamos a Rennes alrededor de las 6 de la tarde verdaderamente agotados.